La casa entre dos mundos

La casa de la abuela sostenida
en el aire escaso
de tiempo de la tarde;
mitad isla del Tigre, mitad barrio
Lugano de zanjas y baldíos.

-Dobranosh flisqui fli nanos.
(lo escribo tal cual suena,
memoria de mi niño)
ese soplo de voz
de noches blancas
destierra en infancia todo invierno.

- Paraduji parpaduji
Astafasqui nadabasqui.

Los ojos cerrados
detienen el viento.


Abuela río
abuela barro,
fina tajada de jamón
compartido
acontecer de una verdad.

La Europa guerra
borrada en nietos,
en la misma cama
donde parió a mi madre,

la muerte

apenas después
de la última
merienda de inocencia;

sólo para chicos ya
la niebla enlutaba la mirada
en la humanidad de nuestra cuadra.

Anticipo de despojo
la inundación se llevó
corral y patos,
del pueblo en la montaña,
aroma a nieve
en las laderas de sus sienes.


De esa mujer
alguna fé
para creer imposibles
más allá del mar,
de las lenguas y los pueblos;

el cuchillo rasga la feta,
desmiente su textura,
la abuela guarda la pieza,
casi intacta,
leve, intangible,
manos de pergamino,
muy blanca y dormida,
- beso de nube -
en esa caja
de madera marrón.

1 comentario:

rocio malen dijo...

Vamos poetas!! llenemos de versos el espacio, nuevamente.
Marina.